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Las Artes Marciales y la salud

Desde hace miles de años se llevan practicando las Artes Marciales como conjunto de técnicas guerreras. Una de sus razones de ser han sido los múltiples conflictos bélicos que se han ido produciendo a lo largo de la historia. Por otro lado la esencia de éstas iba más allá del carácter bélico y se usaba como guía del cuerpo y la mente hacia el perfeccionamiento de uno mismo, en la búsqueda de la realización última, o iluminación cotidiana.

Hoy en día existen muchas corrientes asociadas a ellas y la mayoría con un enfoque deportivo. El problema de orientarlas como un deporte es que se pueda perder de vista la esencia de la que hablábamos antes. El deporte como tal tiene un objetivo de competición en el que el fin es ganar a otro por medio de estrategia sometida a reglas establecidas. Las Artes Marciales nacen de una necesidad guerrera en la que ganar o perder se traducía en vivir o morir, así que no cabe pensar en las reglas de un deporte con el fin competitivo que entraña el mismo ya que estamos hablando en definitiva, de un juego.

Existe una relación directa entre salud y arte marcial. No hablamos de salud corporal únicamente, sino también de salud mental.

Físicamente nos encontramos un sistema de ejercicio completo ya que trabajaremos la capacidad cardiovascular, la resistencia muscular y la flexibilidad así como la coordinación, el equilibrio y demás habilidades motrices básicas esenciales para el desarrollo en los niños o para la mejora de la calidad de vida en adultos. Recordemos que el sedentarismo es uno de los principales problemas en la actualidad y ponerle freno a través del movimiento no es tan difícil. Esto ya se sabía en la antigüedad y por ello se practicaban habitualmente las Artes Marciales.

En la actualidad y en general, no se dan los mismos conflictos bélicos que se daban en la antigüedad, pero sí se dan otro tipo de conflictos. Problemas de autoestima, inseguridad, miedo, depresión o ansiedad que en definitiva son problemas emocionales a los que estamos expuestos todos en algún momento. Por otro lado nos encontramos con un bombardeo continuo de estímulos externos que nos indican cómo debemos ser felices a través de marketing y persuasión de medios de comunicación, campañas publicitarias o política.

Esta es nuestra actual guerra. Aquella en la que debemos luchar para conservar nuestro criterio, libre de influencias negativas que puedan hacernos creer que la tranquilidad con nuestra conciencia la vamos a conseguir a través de algo o alguien que no seamos nosotros mismos. En definitiva es una guerra constante contra nuestro ego.

Las Artes Marciales a través de principios básicos como son la honradez, la cortesía, la prudencia, la perseverancia, la humanidad, la justicia, la sabiduría, la verdad, la bondad, la virtud, el coraje y el autocontrol nos brindan una guía elemental para enfrentarnos a la sociedad sin ningún temor y nos dan la herramienta esencial para mantener a raya a nuestro peor enemigo, que somos nosotros mismos.

Muchas de las enfermedades conocidas tienen un componente psicosomático muy alto. No quiero decir con esto que todas las enfermedades radiquen en la mente del individuo, pero lo que sí es cierto es que nuestro estado mental puede predisponer a nuestro organismo a favor o en contra de ellas. A través del autocontrol podemos tratar de encontrar un equilibrio psicológico que nos ayude a mantener una salud mental óptima que desemboque en un estado físico saludable. Es la relación de equilibrio entre cuerpo y mente al que tienden las Artes Marciales y que desde el punto de vista de la salud es fundamental.

Al final encontramos problemas en la vida que muchas veces no sabemos cómo afrontar y es precisamente a través del autocontrol, de mantener la calma, de aguantar sin perder los nervios, lo que va a hacer que podamos ver las cosas con claridad y resolver el conflicto sea cual fuere su magnitud. Gracias a esto podremos mantener siempre un estado de tranquilidad emocional o un estado emocional óptimo para poder combatir una patología.

Un estudio de la universidad de Duke compara el tratamiento de la depresión mediante el ejercicio y un medicamento antidepresivo moderno y muy eficaz llamado Zoloft (En España se comercializa como Besitrán y Aremis). Pues bien, tras 4 meses de tratamiento, los dos grupos de pacientes iban exactamente igual de bien. No se observó ninguna ventaja del medicamento frente a la práctica de ejercicio ni tampoco del ejercicio frente a la medicina. Fue al cabo de un año cuando se dio la gran diferencia. Más de una tercera parte de los pacientes medicados había sufrido una recaída mientras que el 92% de los pacientes del ejercicio seguían perfectamente bien y lo cierto es que ellos mismos decidieron seguir practicando ejercicio tras finalizar el estudio.

La conclusión es que el ejercicio influye directamente sobre la salud y en este caso, mediante las Artes Marciales podremos trabajar la salud desde diferentes flancos ya que por un lado tenemos ejercicio y por otro lado buscamos la tranquilidad mental.

Todo esto siempre va a depender directamente de las manos en que caigamos, es decir, del Maestro que tengamos. No hay malas Artes Marciales pero sí hay malos Maestros. A lo largo de mi carrera en el mundo de la marcialidad me he topado con todo tipo de profesores de lucha, pero desde hace años que tengo la suerte de haber descubierto la esencia de un Arte Marcial gracias a mis Maestros, los cuales me enseñan día a día que el camino del guerrero no es el

de la violencia, sino el de conocerse a uno mismo sometiendo el cuerpo y la mente a entrenamiento y esfuerzo. El resultado no sólo está siendo mi mejora como luchador, sino mi promoción como persona.

Las Artes Marciales son la guía para tratar desde dentro los problemas que creemos que debemos resolver desde fuera. Son el elemento que une el cuerpo, la mente y el espíritu en una sola entidad para forjar en nosotros un carácter de guerrero que nos mantenga erguidos frente a los golpes que nos pueda dar la vida.

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